ZAPATERO DEBERIA PREGUNTAR A LOS QUE HACEN TELEVISION
El futuro de la televisión pública está en sus manos. Se trata del consejo de expertos designado por el ejecutivo socialista para elevar al Gobierno una propuesta de reforma de los medios públicos en un plazo máximo de nueve meses. El informe deberá contemplar el modelo de financiación, el modo de designación de los directivos y la orientación de la programación. Para llevar a cabo esta función, los “sabios” han de recabar los estudios que consideren oportunos y contarán con el asesoramiento de un especialista en temas de financiación propuesto por el Ministerio de Economía y Hacienda, dado que el perfil de los miembros del consejo es más bien humanístico, y de un secretario.
El resto de la comisión la componen: Enrique Bustamante, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Complutense de Madrid; Victoria Camps, catedrática de Ética en la Universidad Autónoma de Barcelona y vicepresidenta del Consejo Audiovisual de Cataluña; el filósofo Fernando Savater; y Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa, designado en sustitución del fallecido Fernando Lázaro Carreter. El anuncio de que dos miembros del denominado “comité de sabios” que diseñará el futuro de TVE no disponían de televisor propio ha sido catalogado por algunos directivos del sector audiovisual español de “descorazonador”.
Dos de los “sabios” que decidirán el destino de TVE no tenían televisión en su casa
Dos miembros del comité de sabios designado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para diseñar el modelo de TVE del futuro no disponían en casa de televisor. Su presidente, Emilio Lledó, es uno de ellos. La adquisición de los dos aparatos habría corrido a cargo del presupuesto designado por el Gobierno para los gastos derivados de la comisión.
Tras conocerse el hecho, no se han hecho esperar las reacciones en el sector televisivo nacional, que ya había dejado entrever su malestar por el “perfil” de los miembros de esta comisión. Se habla de desconfianza en los frutos de ese trabajo, de poca credibilidad y, sobre todo, de lejanía del medio.
Varios directivos de cadenas y productores lamentan que todavía no se haya preguntado a las personas que hacen televisión en España para recabar su opinión. Para algunos, resulta un camino errado ir a mirar el modelo de la TV pública norteamericana o fijarse en el caso de la BBC de Londres.
“Las peculiaridades de la televisión española –explica un conocido productor- son distintas a las de otros países. Sólo hay que contemplar los estrepitosos fracasos en España de algunos estrenos que han tenido un gran éxito fuera de nuestras fronteras”. Y concluye: “Como se olviden de preguntar a la gente del sector, errarán el tiro. Los ‘sabios’ trabajarán encerrados durante meses en algo que nunca se podrá aplicar”.